La energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. Pero mucha de esa energía se pierde por el camino. Para intentar aprovechar al máximo esta energía y que la factura de la luz nos dé un susto de muerte, podemos ahorrar en nuestra factura. Estas son algunas pautas.
Edificios eficientes y sostenibles
La rehabilitación de edificios y la construcción de nuevos bloques de vivienda van encaminadas a esta filosofía. El sector de la construcción representa el 40% de consumo total de energía en la Unión Europea, generando, además, el 36% de emisiones de gases de efecto invernadero en el continente.
Con nuevos diseños y nuevos materiales que permitan crear productos de menor impacto medioambiental y calidad de aire interior; los nuevos edificios podrán crearse a partir de materiales reciclados y con nuevos sistemas inteligentes de monitorización de la energía, que nos permitirán aprovechar mejor las horas de luz permitiendo calentar e iluminar el edificio de forma natural.
La búsqueda de la eficiencia energética
La Unión Europea ha puesto como objetivo que, en 2020, el consumo de energía de los edificios debe ser prácticamente nulo, fomentando los nZEB (Nearliy Zero Energy Buildings). Esto supone un cambio radical en el diseño, construcción y gestión de los nuevos edificios y provocará grandes cambios en las ciudades.
Para concienciar a la población de esta medida, los gobiernos están realizando campañas de información y de sensibilización para que la gente entienda lo que gana con ello: no solo un gran ahorro en la factura de la luz sino una inversión comparable a un plan de pensiones ya que crearía empleo, nos ayudaría a evitarnos un susto en la factura de la luz y nos ayudaría a combatir la pobreza energética que afecta a colectivos de exclusión social.
En España, algunos ayuntamientos ya utilizan tecnología LED de bajo consumo para iluminar edificios públicos municipales. Esta medida no solo ayuda a reducir la contaminación sino que alivian la factura de la luz mensual además de modernizar las instalaciones públicas.
Concienciar a la ciudadanía
La eficiencia energética tiene una doble función: una ahorrativa y una pedagógica. Los recursos de nuestro planeta son finitos y debemos preservarlos para las futuras generaciones. Concienciar a la sociedad es el factor principal: la falta de cultura energética, pensando que volveremos a la situación anterior a la crisis sin explicar la mejora de la calidad de vida y las ventajas para la salud, es el principal problema al que nos enfrentamos. El ahorro energético, cultura que sólo se genera en los tiempos de crisis, debería nacer desde la base, en la educación escolar, para crear un futuro consumidor bien informado, capaz de tomar decisiones más adecuadas de gasto, gestionando mejor su energía.